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8 de julio, 2011
Conocido personaje local se desempeñó durante toda su vida haciendo mandados a comerciantes, quienes le recuerdan con cariño por su gusto por el trabajo. Por eso, al mediodía serán los funerales en medio de muestras de afecto de todos quienes le conocieron.
Gran pesar causó el deceso de un conocido personaje que recorría desde hace décadas las calles del centro angolino. Quizás el nombre de Sergio Arévalo Illanes no le diga nada, pero si hablamos del “Chechito”, todos quienes habitualmente transitan por el área le conocían.
El recordado “Chechito” (Q.E.P.D.), era un hombre de 68 años de edad pero con la mentalidad de un niño, para quien sus limitaciones intelectuales no fueron obstáculo para que se ganara el aprecio de todos quienes lo conocieron, ya que siempre trabajó dignamente para ganarse la vida, caracterizándose por ser muy atento y cooperador, como también porque nunca se negaba a salir a hacer diligencias a cualquier comerciante que se lo pedía.
Según manifestó su sobrino Luis Mena, “Chechito” había sentido algunos malestares físicos hace aproximadamente unos 20 días, pero rápidamente se recuperó. Sin embargo, el pasado miércoles se encontraba en su vivienda de calle Chorrillos -entre Colima y Colo Colo- junto a su tío, cuando repentinamente, este personaje nacido y criado en Angol se desvaneció y cerró los ojos para siempre en los brazos de Mena, aparentemente a causa de un infarto cerebral.
Entre las características que más recordará la familia de “Chechito”, es su gusto por residir en su Angol querido, pues a veces sus parientes lo llevaban a visitar a otros familiares a Talcahuano, pero este hombre siempre gustaba de hacer visitas cortas y pedía que lo regresaran a la Ciudad de Los Confines, clamando porque “debía trabajar”, lo que da cuenta que amaba su oficio de hacer mandados a los comerciantes del centro, quienes le retribuían su labor con algunas monedas o a veces invitándolo a tomar once.
TRABAJADOR EJEMPLAR
“Tenemos mucha pena por su partida, que nos haya dejado tan repentinamente”, narró su sobrino, agregando que “Chechito” no tenía dificultades de extrema pobreza ni nada que lo obligara a trabajar, simplemente lo hacía porque en su fuero interno gozaba ganándose la vida como cualquier persona normal y por ello su trabajo haciendo mandados lo tomaba muy en serio, cumpliendo con tareas como concurrir a depositar, hacer aseo o salir a cancelar cuentas, labores en las que era posible observarlo todos los días recorriendo el centro, siempre bien vestido y devolviendo el saludo a quien le reconocía en su camino.
La familia de Arévalo no ha dejado de sorprenderse por la gran cantidad de personas de distintos estratos socioeconómicos que se han acercado al velatorio de este trabajador para lamentar su partida, lo que da cuenta que “Chechito”, pese a sus limitaciones intelectuales, era un hombre de bien que supo ganarse el cariño y respeto de todos quienes le conocieron, a punta de trabajo y esfuerzo.
“Le gustaba trabajar en el centro. Siempre tuvo mucho contacto con los comerciantes, la gente de Din, de los bancos, del Vergelito y una serie de locales; personas a quienes agradezco que se hayan hecho presentes en el velatorio, lo que nos demuestra que Chechito dejó un lindo recuerdo entre ellos”, sostuvo emocionado su sobrino, el mismo que lo vio partir de este mundo.
Mena también agradeció a sus empleadores por darle las facilidades para vivir el luto por la pérdida de su tío y permitirle preocuparse del funeral; a Carabineros por otorgar el apoyo para que hoy se le realice una despedida en el centro y también a los diversos medios de comunicación locales por haber lamentado la partida de este humilde angolino que ya era parte del paisaje en el centro de la capital de Malleco.
RECORRIDO DE DESPEDIDA
A petición de los propios comerciantes que compartieron el día a día de “Chechito”, sus restos saldrán al mediodía de hoy desde su vivienda en calle Chorrillos y se espera que el cortejo recorra por última vez las calles céntricas de Angol, para que todos aquellos que le conocieron puedan despedirlo.
Los restos de este angolino también serán trasladados hasta la parroquia San Francisco, donde se oficiará una misa por el eterno descanso del su alma y finalmente será sepultado en el Cementerio Municipal de la capital de Malleco, hasta donde se espera que lleguen sus coterráneos a darle el último adiós a este personaje local que supo encantar con su sencillez, saludo y pesar al que se une el personal de Canal de Noticias Malleco, donde desde hace décadas le conocimos trabajando con humildad y recorriendo las calles de nuestra ciudad.
Fotos: Alfredo Cerna y José Hernández.
Conocido personaje local se desempeñó durante toda su vida haciendo mandados a comerciantes, quienes le recuerdan con cariño por su gusto por el trabajo. Por eso, al mediodía serán los funerales en medio de muestras de afecto de todos quienes le conocieron.
Gran pesar causó el deceso de un conocido personaje que recorría desde hace décadas las calles del centro angolino. Quizás el nombre de Sergio Arévalo Illanes no le diga nada, pero si hablamos del “Chechito”, todos quienes habitualmente transitan por el área le conocían.
El recordado “Chechito” (Q.E.P.D.), era un hombre de 68 años de edad pero con la mentalidad de un niño, para quien sus limitaciones intelectuales no fueron obstáculo para que se ganara el aprecio de todos quienes lo conocieron, ya que siempre trabajó dignamente para ganarse la vida, caracterizándose por ser muy atento y cooperador, como también porque nunca se negaba a salir a hacer diligencias a cualquier comerciante que se lo pedía.
Según manifestó su sobrino Luis Mena, “Chechito” había sentido algunos malestares físicos hace aproximadamente unos 20 días, pero rápidamente se recuperó. Sin embargo, el pasado miércoles se encontraba en su vivienda de calle Chorrillos -entre Colima y Colo Colo- junto a su tío, cuando repentinamente, este personaje nacido y criado en Angol se desvaneció y cerró los ojos para siempre en los brazos de Mena, aparentemente a causa de un infarto cerebral.
Entre las características que más recordará la familia de “Chechito”, es su gusto por residir en su Angol querido, pues a veces sus parientes lo llevaban a visitar a otros familiares a Talcahuano, pero este hombre siempre gustaba de hacer visitas cortas y pedía que lo regresaran a la Ciudad de Los Confines, clamando porque “debía trabajar”, lo que da cuenta que amaba su oficio de hacer mandados a los comerciantes del centro, quienes le retribuían su labor con algunas monedas o a veces invitándolo a tomar once.
TRABAJADOR EJEMPLAR
“Tenemos mucha pena por su partida, que nos haya dejado tan repentinamente”, narró su sobrino, agregando que “Chechito” no tenía dificultades de extrema pobreza ni nada que lo obligara a trabajar, simplemente lo hacía porque en su fuero interno gozaba ganándose la vida como cualquier persona normal y por ello su trabajo haciendo mandados lo tomaba muy en serio, cumpliendo con tareas como concurrir a depositar, hacer aseo o salir a cancelar cuentas, labores en las que era posible observarlo todos los días recorriendo el centro, siempre bien vestido y devolviendo el saludo a quien le reconocía en su camino.
La familia de Arévalo no ha dejado de sorprenderse por la gran cantidad de personas de distintos estratos socioeconómicos que se han acercado al velatorio de este trabajador para lamentar su partida, lo que da cuenta que “Chechito”, pese a sus limitaciones intelectuales, era un hombre de bien que supo ganarse el cariño y respeto de todos quienes le conocieron, a punta de trabajo y esfuerzo.
“Le gustaba trabajar en el centro. Siempre tuvo mucho contacto con los comerciantes, la gente de Din, de los bancos, del Vergelito y una serie de locales; personas a quienes agradezco que se hayan hecho presentes en el velatorio, lo que nos demuestra que Chechito dejó un lindo recuerdo entre ellos”, sostuvo emocionado su sobrino, el mismo que lo vio partir de este mundo.
Mena también agradeció a sus empleadores por darle las facilidades para vivir el luto por la pérdida de su tío y permitirle preocuparse del funeral; a Carabineros por otorgar el apoyo para que hoy se le realice una despedida en el centro y también a los diversos medios de comunicación locales por haber lamentado la partida de este humilde angolino que ya era parte del paisaje en el centro de la capital de Malleco.
RECORRIDO DE DESPEDIDA
A petición de los propios comerciantes que compartieron el día a día de “Chechito”, sus restos saldrán al mediodía de hoy desde su vivienda en calle Chorrillos y se espera que el cortejo recorra por última vez las calles céntricas de Angol, para que todos aquellos que le conocieron puedan despedirlo.
Los restos de este angolino también serán trasladados hasta la parroquia San Francisco, donde se oficiará una misa por el eterno descanso del su alma y finalmente será sepultado en el Cementerio Municipal de la capital de Malleco, hasta donde se espera que lleguen sus coterráneos a darle el último adiós a este personaje local que supo encantar con su sencillez, saludo y pesar al que se une el personal de Canal de Noticias Malleco, donde desde hace décadas le conocimos trabajando con humildad y recorriendo las calles de nuestra ciudad.
Fotos: Alfredo Cerna y José Hernández.
Fuente de la información: http://www.canaldenoticias.cl/cronica2/12149-con-recorrido-por-el-centro-los-angolinos-la-daran-su-ultimo-adios-hoy-a-chechito
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